El Ayuntamiento de Alfaro contrata a la empresa Control Avifauna para que mantenga el número de las aves en la ciudad
El Consistorio destina 17.480 euros anuales para controlar a palomas y estorninos
Son algunos de los vecinos más molestos y sucios de la
localidad: cientos de palomas a lo largo de todo el año y de estorninos
sobre todo en los meses de agosto a octubre dejan su huella de suciedad y
ruidos en calles, plazas y parques. Por ello, un año más, el
Ayuntamiento de Alfaro ha contratado el servicio que intenta controlar
su número en la ciudad.
Por el acuerdo de la Junta de Gobierno Local en la sesión
del miércoles 30 de enero, el Ayuntamiento aprobó la firma de sendos
contratos menores con la empresa Control Avifauna para que preste el
servicio de control de palomas y estorninos durante este año, por unas
cuantías de 11.495 y 5.989,50 euros respectivamente.
"Son contratos sumamente necesarios -explica la concejal
de Hacienda y portavoz municipal Charo Preciado sobre estos contratos
que se suscriben año a año-. Tenemos muchos problemas en la ciudad
generados por las palomas, que generan mucha suciedad y hay que seguir
con este contrato, que resulta necesario y conveniente para todos".
Como apuntan desde el Ayuntamiento, las iglesias, los
tejados de las casas viejas y las angostas calles del casco antiguo son
un perfecto cobijo para estas aves, que se multiplicarían si no se
realizaría este control por parte de Control Aveifauna a lo largo de
todo el año. Aun así, miles de ellas habitan en la ciudad. Para
controlar su número, la empresa coloca jaulas con agua y comida en
diversos puntos estudiados de la localidad. Al encontrar el agua y la
comida, las palomas entran a la jaula, de donde ya no pueden salir. Un
operario de la empresa las retira una vez a la semana. Con este método,
por ejemplo, Control Avifauna retiró 6.400 palomas en el 2009.
Respecto a los estorninos, su numerosa y ruidosa
presencia es sobre todo molesta en los frondosos árboles del Paseo La
Florida, donde proliferan a partir del verano, generando mucha suciedad
en las aceras y quejas de los vecinos por ruidos. La simulación sonora
de un depredador busca ahuyentarlos.
Fuente: Ernesto Pascual. Diario La Rioja.
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