sábado, 29 de septiembre de 2012

ALFARO / INSTITUTO GONZALO DE BERCEO

El edificio del IES Gonzalo de Berceo de Alfaro, incluido en el inventario internacional de arquitectura moderna como construcción destacada digna de conservar y proteger

La Fundación Docomomo Ibérico completó un registro con 1.200 obras, construidas entre los años 1925 y 1965 en España y Portugal

 

El Colegio de Arquitectos instalará el lunes placas en los inmuebles reseñados, ninguno de los cuales goza de protección. El inventario internacional de arquitectura moderna destaca cinco edificios riojanos.

 

A veces, los edificios más interesantes se camuflan en las ciudades como agentes secretos. Los viandantes se pasean por las aceras, entran en los bares, saludan a sus conocidos, compran en los comercios y apenas se fijan en ellos. Sobre todo si son inmuebles austeros, que prescinden de adornos llamativos y desprenden un cierto aire de gravedad, como si buscaran una belleza más profunda y esencial; una belleza escondida en la mesura de sus proporciones y en la pureza de sus líneas. Eso sucede con la arquitectura del Movimiento Moderno, que cambió el panorama de las ciudades españolas en los años centrales del siglo XX.

En el año 1990, se creó una organización internacional con el objetivo de inventariar, divulgar y proteger este patrimonio arquitectónico. La Fundación Docomomo Ibérico completó un registro con 1.200 obras, construidas entre los años 1925 y 1965 en España y Portugal. Once edificios riojanos entraron en esta nómina, aunque cinco han sido especialmente señalados por su singularidad: dos edificios de viviendas en Logroño, una iglesia en La Unión, un instituto en Alfaro y un quiosco en Haro.
El próximo lunes, el Colegio de Arquitectos de La Rioja (COAR) colocará una placa informativa en estos cinco inmuebles. Será una forma de festejar el Día Internacional de la Arquitectura y de dar visibilidad a un patrimonio al que rara vez prestamos atención. De hecho, ninguno de estos edificios tiene protección administrativa, con lo que podrían ser derribados o cruelmente transformados mañana mismo sin especiales trámites. «Ese suele ser el problema de la arquitectura del siglo XX -lamenta Irene Fernández, del COAR-; la tenemos tan cercana que a veces no le damos la importancia que realmente tiene». Una importancia que solo puede comprenderse a la luz del genio creativo de unos arquitectos que supieron traer los vientos de la modernidad a una pequeña provincia del interior.

Fuente: Diario La Rioja

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