viernes, 1 de marzo de 2013

ALFARO / CEMENTERIO MUNICIPAL

El Ayuntamiento de Alfaro modifica la orden sobre instalación de nichos tras el derrumbe

La modificación del reglamento incluye que la colocación de las lápidas en los nuevos enterramientos no sobrepasará la fachada del nicho o columbario, sino que irá a ras

 

La experiencia tras el derrumbe de la fachada de una de las estructuras de nichos del cementerio alfareño ha llevado al grupo de Gobierno del Ayuntamiento a modificar varios puntos del reglamento de régimen interno del camposanto municipal. El suceso, ocurrido el 25 de enero, dejó al descubierto el interior de unas 80 vejeras.
Los estudios de los técnicos municipales han apuntado como causas del derrumbe tanto la inestabilidad del suelo donde se asienta la estructura, que será derruida próximamente, como el peso de las lápidas de mármol o granito de los nichos.
Estas, en lugar de insertarse en el contorno del nicho cuelgan de la pared, aumentando su carga. Por ello, la modificación del reglamento incluye que la colocación de las lápidas en los nuevos enterramientos no sobrepasará la fachada del nicho o columbario, sino que irá a ras.
«Tras hablar con los instaladores, se pensó que esta es la forma más adecuada», explicó el concejal José Luis Segura en el pleno que el martes aprobó por unanimidad la modificación. Además, contempla que la familia sea quien se encargue de la retirada de las lápidas en lugar del operario municipal para ganar más orden y organización. Otro punto modificado fue que la transmisión de la titularidad de nichos podrá realizarse entre vivos.
De cara a enmendar la situación, como anunció el grupo de Gobierno a las familias afectadas, el Ayuntamiento está finalizando el estudio económico del gasto que le supondrá el traslado de los nichos de la zona afectada a la nueva. Se recuerda que se costeará todo, sin que cargue a las familias. Como explica la alcaldesa, Yolanda Preciado, el traslado requerirá la partida destinada que el Presupuesto de este año reservaba al arreglo de una calle. 

Fuente: Ernesto Pascual. Diario La Rioja.


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