El público llenó la sala donde se celebraba la gala de Navidad de Alfajóresis, dedicada a José María Heredero
La asociación continúa acercando la solidaridad de los alfareños a cada rincón del mundo en el que hay un misionero vecino dedicando su tiempo y trabajo
Los alfareños han vuelto a responder de forma rotunda a
la llamada de la Asociación Alfajóresis, centrada desde marzo del 2010
en realizar actividades para mostrar la labor de los misioneros
alfareños repartidos por todo el mundo y recaudar fondos con los que
apoyar su labor.
Con el mismo espíritu, la asociación organizó en la
tardenoche de este jueves su Festival de Navidad, que llenó por completo
el salón de actos del IES Gonzalo de Berceo. Tanto que mucha gente se
quedó sin poder entrar a disfrutarlo.
Esta respuesta da lugar a una notable recaudación que
Alfajóresis suma a sus fondos para colaborar, en esta ocasión, con los
proyectos del misionero alfareño José María Heredero en Surat (India).
De este modo, la asociación continúa acercando la
solidaridad de los alfareños a cada rincón del mundo en el que hay un
misionero vecino dedicando su tiempo y trabajo.
Ya sobre el escenario, con las butacas abarrotadas y el
espíritu navideño propio de estas fechas, los niños y jóvenes de
catequesis representaron la obra 'La estrella de Belén', ofrecieron
diversos bailes -desde los tradicionales a los más actuales a ritmo de
funky y hip hop- y disfrutaron con las voces de la Asociación Amigos de
la Jota.
Además, por los tres euros que costaba la
entrada-donativo, la asociación sorteó entre el público tres nutridas
cestas navideñas creadas gracias a las contribuciones de un buen número
de empresas y comercios de la localidad.
Entre el público que disfrutó el Festival, Alfajóresis
contó como invitados especiales con tres misioneros riojanos que han
estado trabajando en tres continentes diferentes: Jesús María Peña, hoy
delegado de Misiones del Obispado, que estuvo en Burundi y en Benín
(África), José María Birigay que estuvo en Japón y realizó varios trucos
de magia y el sacerdote Tomás García, que trabajó 32 años en Perú antes
de llegar a las parroquias alfareñas.
Fuente: Ernesto Pascual. Diario La Rioja.
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